Bueno, como sé que a muchos de vosotros el rollo de la historia, los museos y tal os aburre (y no quiero mirar a nadie…), hoy os contaré una de las primeras excursiones que hice por estos lares, que sinceramente, en la escala de fricadas está bien alta. Pero antes os tengo que hablar un poco de una de las fiestas italianas más famosas a nivel mundial y que se celebra en una ciudad de aquí cerca: el Palio de Siena. Sí, lo sé, los puristas me diréis que Siena ya no está ni en la Maremma ni en la provincia de Grosseto, pero esperaros un poco, que todo tiene una explicación.
Siena es un lugar verdaderamente único, que sería perfecto si no tuviera el clima de mierda que tiene, si fuera un poquito más cómoda de habitar y si estuviera mejor comunicada. Pero bueno, esas “pequeñas” cosas contribuyen también a su encanto. De fundación etrusca, alcanzó un gran desarrollo durante la Edad Media , cuando era una república independiente conocida en toda Europa por sus comerciantes y banqueros. Luego llegó la Peste Negra y lo jodió todo, pero bueno, eso es otra historia. El corazón de la ciudad, entorno al que se articulan las principales calles, es la Piazza del Campo, una gran plaza ligeramente inclinada y con forma de concha, donde se sitúa el palazzo del comune (el ayuntamiento) con su famosa Torre del Mangia. Es en esta plaza donde tiene lugar desde 1644 dos veces al año el famoso Palio, que no es más que una carrera de caballos entorno a la plaza.
Piazza del Campo |
Esto, que a primeras parece una curiosidad como otra cualquiera, es casi como una religión para la mayoría de sieneses y entorno a la carrera se ha ido creando con el tiempo una ceremonia y un fanatismo que llega a límites verdaderamente curiosos. En la carrera participan diez de los diecisiete barrios (o contradas) en los que se divide la ciudad, que vienen a ser algo así como nuestras peñas. Cada barrio tiene una bandera, con unos colores propios, un símbolo (que por lo general es un animal: la lechuza, el águila, la pantera, la tortuga, el puercoespín, la oca…), una iglesia, donde se bendice el caballo antes de la carrera y donde se guardan los materiales de la contrada (trajes, instrumentos, banderas), una fuente, donde se bautiza a los nuevos miembros, una sede, donde se celebran las reuniones, cenas y fiestas de los miembros, una serie de cargos oficiales que vienen elegidos de tanto en tanto, etc.
Placa en una de las calles de la contrada del Águila |
Casa del caballo de la contrada del Caracol |
Durante la carrera prácticamente no hay reglas, los jinetes se hacen de todo entre ellos. De hecho, lo que cuenta es que llegue el caballo, si lo hace con o sin jinete da igual. Y claro está, el fanatismo llega también a la gente. Algunos años los miembros de una contrada han dado una paliza al jinete de otra rival, o han intentado drogar o lesionar a los caballos. Existen rivalidades entre algunas de estas contradas, que desde hace siglos no se soportan, como las del caracol y la tortuga, la oca y la torre o la pantera y el águila. Y esto influye en aspectos de la vida cotidiana de la gente como los matrimonios y los hijos. Hay autenticas luchas dentro de los matrimonios pertenecientes a distintas contradas por ver en cual de ellas se inscribe a los hijos.
¿Y todo esto para qué? Pues para ganar el palio, un estandarte bordado que representa a la Virgen o algo así.
El caso es que Siena no es el único sitio donde se celebra un Palio. Otras muchas localidades también lo hacen o lo han hecho a lo largo de su historia (parece ser que Grosseto celebraba uno allá por el siglo XIX). Pero claro, no en todas partes tienen las pelas y los recursos de Siena, así que adaptan la tradición como pueden y celebran il palio dei ciucchi (el palio de los borricos), un palio a la gañana.
Mi compañero de piso, Michele, me dijo que en Campagnatico, un pueblo de por aquí cerca, iba a celebrarse una de estas carreras de burros y que si me apetecía acompañarle. El pueblecito era muy chulo. Chiquitín, en lo alto de una colina con unas vistas alucinantes a un valle. Estaba lleno de gente y mientras esperábamos a que la carrera empezara, dimos una vuelta por sus cuatro calles. Parecía una Siena en miniatura, con las casas de ladrillo y piedra, las calles estrechitas y banderas distintas adornando cada barrio (en este caso eran sólo cuatro las contradas). Antes de la carrera los miembros de cada barrio salieron en desfile hacia la línea de salida, todos vestidos en plan medieval y con los borricos, dos por contrada.
La carrera era en la carretera que bordea el pueblo, pero sólo un trocito, duraba 20 segundos jajajaja. Aquí os dejo el video con una de las dos que hicieron.
Si por casualidad alguno está interesado en el Palio de Siena y quiere saber más aquí os dejo una página con toda la info: http://www.ilpalio.org/
Por cierto, este año han ganado la Oca en julio y la Jirafa en agosto.